Dentro de la celda de ‘El Chapo’ Guzmán

Almoloya de Juárez .- La celda Nº 20, donde el narcotraficante mexicano Joaquín "El Chapo" Guzmán pasó más de un año encerrado, es un sombrío y estrecho espacio con paredes blancas sucias y techos altos. El único punto de luz es una pequeña ventana con barrotes.

Pero la celda que alojó al hombre más buscado de México también tenía algunas ventajas, que la convirtieron en un lugar ideal para una fuga. Se encuentra en la planta baja, al final de un pasillo muy largo, por lo que es difícil para otros reclusos o guardias oír qué está pasando en el interior. El puesto de seguridad de cristal se encuentra a unos 30 metros de distancia.

La fuga de Guzmán a través de un túnel de un kilómetro y medio de largo fue diseñada y ejecutada con precisión quirúrgica. Evitó obstáculos a nivel del suelo a lo largo de un laberinto de pasillos y escaleras con media docena de puestos de control y cerca de 20 puertas de seguridad que conducen al llamado pabellón de tratamientos especiales, donde residía Guzmán.

Decenas de periodistas visitaron la prisión el miércoles, junto con legisladores y funcionarios de alto nivel del gobierno. Miles de policías fueron desplegados en las carreteras y autopistas cerca de la prisión, que se encuentra a unos 50 kilómetros de Toluca, la capital del Estado de México. 

El centro penitenciario, que abrió sus puertas en 1991, alberga algunos de los criminales más notorios del país y muchos de los enemigos de Guzmán, incluyendo a Miguel Angel "Z-40" Treviño, el ex jefe de la banda Los Zetas, que durante varios años libró una guerra sangrienta contra el Cartel de Sinaloa de Guzmán.

Otras figuras notables en la prisión son Servando "La Tuta" Gómez, ex jefe del cártel de La Familia; Edgar "La Barbie" Valdés, asesino a sueldo de los narco, nacido en EE.UU.; y Mario Aburto, el asesino convicto del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio.

La celda de la que huyó Guzmán es un pequeño cubículo de cerca de 11 metros cuadrados, con inodoro, escritorio, estantería de hormigón y tres perchas en la pared. Por encima de la estrecha cama de cemento, en la esquina superior izquierda, hay una cámara de seguridad. La cámara tiene un solo punto ciego: el piso de la pequeña cabina de la ducha.

Detrás de la pequeña pared de poco más de un metro de alto que protege de la vista de los cuidadores la parte inferior del cuerpo de los presos mientras se bañan, se puede ver un cuadrado de cemento de unos 7 centímetros de espesor apoyado contra la pared. Ese pedazo de cemento, que fue removido del piso de la celda, deja ver en el centro de pequeño lugar un pozo profundo y oscuro.

El senador opositor Alejandro Encinas fue uno de los legisladores que recorrió la prisión a principios de esta semana. Dijo que el túnel fue probablemente construido por ingenieros de minas altamente calificado, y que el piso de la celda no era lo suficientemente grueso.

"Vamos a tener que revisar el protocolo de construcción de la prisión y ver si cumplía las condiciones de seguridad, con respecto particularmente el espesor del suelo de hormigón de la celda", dijo el lunes Encinas. "En México no tenemos un protocolo general para la construcción de prisiones".

Irónicamente, a Guzmán se le dio la celda Nº 20 porque era la única con dos cámaras de seguridad en la unidad de tratamiento especial, dijo al diario El Universal el Comisionado de Seguridad Nacional Monte Alejandro Rubido.

A principios de esta semana, el gobierno dio a conocer un video de seguridad de los últimos momentos Guzmán antes de desaparecer de la vista y sumergirse en el túnel. Pero no se ha dado a conocer ningún video tomado por la segunda cámara, que está colocada en la esquina opuesta a la entrada de la celda.

El tour de la cárcel se produjo en medio del creciente escepticismo que existe entre los mexicanos sobre la versión de la fuga dada por el gobierno. El presidente Enrique Peña Nieto mantuvo la agenda de una visita de cuatro días a Francia junto con una delegación de más de 400 funcionarios y líderes empresariales, lo que desató críticas en México de que no se estaba tomando en serio el escape.

Una encuesta publicada el jueves por el diario local Reforma dijo que 54% de los mexicanos no cree que Guzmán haya escapado a través de la compleja red de túneles, sino que simplemente salió por la puerta principal, con la ayuda de funcionarios penitenciarios corruptos. Solo 36% cree que la historia del túnel.

Los resultados ponen de relieve la profunda desconfianza de los mexicanos en sus propias instituciones.