Instó el papa Francisco a no resignarse ante la violencia y el sufrimiento

Morelia.- El papa Francisco instó a no resignarse a ambientes muchas veces dominados por la violencia, la corrupción, el tráfico de drogas, el desprecio por la dignidad de las personas, la indiferencia ante el sufrimiento y precariedad.

En la eucaristía y ante más de 20 mil integrantes de la comunidad religiosa del país, el papa Francisco dijo que ante tal realidad que parece inamovible "no puede ganar una de las armas preferida del demonio: la resignación".

En esta entidad atribulad por la inseguridad y la violencia, el Vicario de Cristo advirtió que la resignación paraliza e impide nos solo caminar sino hacer camino. "Una resignación que no solamente nos atemoriza sino que nos atrinchera en nuestras sacristías y aparente seguridad".

Y en tal sentido, Su Santidad hizo notar que la resignación es un freno para la transformación e impide alabar la alegría y el gozo de la alabanza, y clamó: "Padre nuestro no nos dejes caer en la tentación".

En el estadio de fútbol "Venustiano Carranza", el sucesor de Pedro reconoció la labor evangelista que realizó el obispo español, Vasco de Quiroga, a favor de los purépechas que eran humillados y maltratados por  sus conquistadores.

El papa Francisco le agradeció al cardenal de Morelia, Alberto Suárez Inda, el haberle conferido el derecho de usar el  báculo y el cáliz utilizado en 1537 por don Vasco de Quiroga cuando era el primer obispo de Michoacán por órdenes del emperador Carlos V.

Más adelante, el Vicario de Cristo puso de relieve la figura humanísticas de Vasco de Quiroga, y enfatizó que realizó una propuesta de respiro frente tanto sufrimiento de sus hermanos purépechas, en clara alusión a su trabajo en la construcción de escuelas, de hospitales y de talleres de oficios.

El papa Francisco dijo que Vasco de Quiroga llegó a ser muy queridos por indios e incluso lo llamaban con todo respeto, "Tata", que en purépechas significa papá.

Por último, Su Santidad oró por arzobispo de Hermosillo, Carlos Quintero Arce, pues "el Señor lo llamó anoche"