Morelia, Mich., Miercoles, 01 de Mayo de 2024

Sección:Opinión

Droga en Iguala, droga en Narvarte

Por: Rubén Cortes/La Razón

Ciudad de México.- El crimen organizado y el narcomenudeo han permeado los más recientes estandartes de organizaciones defensoras (desde la izquierda) de causas sociales y libertad de expresión, así como de escritores y periodistas nacionales e internacionales: los casos Iguala y Narvarte.

En Iguala, "la mano negra y peluda de la reacción", representada en camiones de militares, no desapareció a los 43 normalistas, sino policías corruptos de un gobierno municipal de izquierda coludido con el cártel Guerreros Unidos.

La CIDH no observa evidencias sobre la participación del Ejército. En la página 324 de su informe, explica:

"La acción de tomar autobuses por parte de los normalistas, a pesar de que tenía otros objetivos, podría haberse cruzado con dicha existencia de drogas ilícitas (o dinero) en uno de los autobuses, específicamente en ese autobús, Estrella Roja. Se llevaron los buses de forma totalmente circunstancial".

Estuvieron el día equivocado en el lugar equivocado. Incluso la CNDH pidió a la PGR seguir una línea de investigación "por narcotráfico como detonante de los hechos en el caso" y exigió "tener rigor científico en el análisis".

Esto es relevante porque las conclusiones de José Torero, perito estelar de la CIDH, se soportan en dibujitos de hornos de leña y estimaciones matemáticas. En MILENIO TV admitió: "Mi visita al basurero realmente se reproduce en un par de fotos".

En la colonia Narvarte, el averno de la libertad de expresión, representada por el gobernador veracruzano Javier Duarte, no tuvo qué ver en el multihomicidio, en el que murieron un fotógrafo y una activista social.

De este caso existe menos información oficial porque el Poder Judicial prohibió a la PGJDF informar sobre el mismo, lo cual sí es un ataque a la libertad de expresión: la información se filtra cuando no se informa.

Por información periodística se sabe que el detenido Abraham Torres confesó que sí estuvo en el departamento el día del crimen y que el arma usada era suya y que fue a ese lugar para tratar un asunto relacionado con drogas con una de las víctimas, la colombiana Mile Virginia Martin.

"Sólo íbamos por Nicole; a los demás no los conocíamos", confesó el segundo detenido, quien afirmó además que fueron al departamento a recuperar una maleta de ladrillos de cocaína que ella les había robado, y con el cual aparece él cargando en un video.

Quienes cometieron el crimen tenían planeado ir una noche antes, cuando fotógrafo y activista no estaban. "Llamé y pregunté si estaba Mile, me dijeron que no, estábamos cerca del domicilio, pero Daniel no quiso entrar", dijo el detenido.

El fotógrafo y la activista casi se salvan. Estar allí al momento del crimen fue totalmente circunstancial.

Porque, como en Iguala, fue cosa de drogas.

ruben.cortes@razon.com.mx
Twitter: @ruben_cortes




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